El Salto
- La Cima Oculta
- 15 ago 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 22 ago 2024
Armand Mondo Duplantis de 24 años de edad es un deportista de salto con pértiga, medallista olímpico que posee el record mundial de este deporte, logrando superar los 6.25m de altura.
En las olimpiadas de todas sus participaciones, me llama la atención especialmente el salto en el que busca superar su propio record mundial dejando un recordatorio de que la competencia real siempre es contra uno mismo y no contra otras personas.
Mondo en un salto demuestra mucho más que habilidad y una imagen para la historia, el valor más grande de ese momento está en su enfoque, la concentración, la energía y ganas de querer superar sus límites, en este caso lograr saltar por encima de 6.24m de altura.
Me pregunto si en esa misma situación yo habría optado por no buscar ir más allá, al final, él ya tenía la medalla de oro asegurada y además su récord de 6.24m se mantendría intacto después de esta competencia. ¿Qué necesidad tenía de hacer 3 saltos más buscando batir su propio récord?
Duplantis en minutos me enseñó el valor de la superación. Es común que olvide la importancia de expandir la zona de confort, él en este caso la expandió 1 cm más (lo que seguro le implicó mejorar y cambiar muchas cosas en el camino para lograrlo), y eso es lo que debería hacer siempre, tratar de expandir mi caja por lo menos 1cm mas.
En el salto con pértiga, cada centímetro cuenta, y cualquier cosa puede ser la diferencia. Analizando los últimos saltos de Duplantis, percibo a alguien que está completamente inmerso en su objetivo.
Antes de cada salto, su rutina mental y física estaba orientada en canalizar su energía a ese momento exacto, bloqueando todo lo demás. Este nivel de concentración no se construye solo por pensarlo; es el resultado de estar constantemente repitiendo el mismo procedimiento miles de veces, un esfuerzo físico y mental que en cada salto lo pone a prueba.
Enfocarse es algo que se dice fácil pero es posiblemente uno de los valores que hoy en día resulta más complicado lograr. Si lo bajo a mi vida diaria, ¿Cuántas veces no he tenido en mente hacer algo que termino dejando a un lado porque en cuestión de nada ya aparece algo que me distrae, optando por engañarme diciendo que "al ratito o mañana ya lo haré con más calma"?
Trabajar concentrado y enfocado en un objetivo es un valor que marca la diferencia en mis resultados y para esto no puedo esperar a que el momento perfecto surja, estos no se dan así nada más, se crean, y ese es el ejemplo que me da la actuación de Mondo.

Podría empezar por crear un contexto que me dé la energía que necesito, como en su caso fue el transmitir y pedir al público su apoyo y aplausos, en mi caso siento que es la música, palabras de aliento o cualquier cosa que despierte la energía que necesito. Debería saber qué me da energía para lograr lo que quiero, pero honestamente no lo sé del todo, algunas cosas me vienen a la mente pero nunca me he detenido a reflexionarlo y podría ser un muy buen ejercicio de introspección.
Teniendo la energía en su mejor nivel, viene la concentración, el enfoque, el recordar porqué hago lo que hago, esa mirada fija que él demuestra justo después de colocar sus manos y cada uno de sus dedos en la pértiga en la posición que necesita para entonces iniciar su carrera hacia el salto, su mente sabe lo que busca, solo resta confiar en su habilidad para lograrlo. Esa es la belleza de tener claro un objetivo y hacerlo con la actitud que se requiere para hacer que el momento que se este viviendo valga la pena.
Esa mentalidad es clave no solo en el deporte sino en la vida. El mayor aprendizaje al ver a Duplantis en escena es el sacar lo mejor de uno mismo en cada momento, no dar por sentado que tienes la gloria, o contrario a esto, el pensar que ya no hay algo más por lo cual luchar, que lo que nos tocó es lo que hay y no tenemos nada más adelante.
Si soy constante en la creación de momentos a través del movimiento, disfrutando de ellos, sin pensar en el cuándo se va a dar un resultado, estoy seguro que llegaré a la misma emoción de euforia y explosión de energía que Mondo Duplantis tiene al lograr “El Salto” a una nueva etapa de su vida.